lunes, 21 de junio de 2010

FRAY DIEGO DE LANDA
Cronista de la Civilizacion Maya


Nació en Cifuentes (Guadalajara) el 12 de noviembre de 1524. Poco se sabe de su infancia. A los 16 o 17 años llega al convento de San Juan de los Reyes de Toledo y profesa en la orden franciscana. En 1547 acompaña con otros cinco sacerdotes a Nicolás de Albalate cuando éste regresa a Yucatán. En 1549 llega a Yucatán y es nombrado ayudante del guardián de Izamál. En 1552 es nombrado guardián y se le encarga construir un convento que sustituya a las chozas en que habitaban los franciscanos.


En 1556 era custodio del Yucatán y primer definidor de la Provincia dentro de la orden franciscana. Cuando Yucatán y Guatemala formaron una sola provincia, fray Diego fue nombrado Provincial de la misma en 1561. Se le tenía por hombre virtuoso y prudente.
A pesar de las campañas de conversión la antigua religión de los mayas no había desaparecido, solo estaba escondida y Landa ya citaba en 1558 esta situación que se desataría en 1562 cuando Landa llega a Maní y constituye un tribunal religioso al que pronto convierte en Inquisición ordinaria. Los interrogatorios a los indios condujeron al decomiso de sus imágenes y piedras sagradas. Al menos seis indios huyeron a la selva y allí se ahorcaron antes que confesar la localización de las imágenes que ellos protegían. Tras el interrogatorio y tortura se realizó un gran Auto de Fe en Maní el 12 de julio de 1562 en que Landa hizo quemar unos 5000 ídolos y objetos sagrados. Algunos indios no pudieron soportar el serles cortado el pelo y vestida la coroza y se suicidaron posteriormente. Quien luego escribiría la obra más importante sobre la cultura maya, fue el principal artífice de la destrucción de parte de ella.

Escribe una doctrina cristiana en lengua maya que hace imprimir en la ciudad de México en 1575, de la que no queda copia alguna. Muere en Mérida en 1579 y allí es enterrado en la catedral. Sus restos volvieron a Cifuentes siglo y medio después. Juan Catalina García halla sus huesos en un pequeño sepulcro de la Iglesia parroquial del Salvador y allí serían destruidos al empezar en 1936 la Guerra Civil española.

Las crónicas de este fraile tienen un tinte sumamente importante ya que esta cuenta no solo el origen del nombre Yucatán, el descubrimiento y conquista por los españoles de esta península en el siglo XVI, sino que se detiene extensamente en la historia y leyendas de las tribus mayas que la habitan, como relatos recogidos de los indígenas dando de este modo un panorama completo de lo que era el Yucatán y sus habitantes hacia 1560.




No hay comentarios:

Publicar un comentario