miércoles, 23 de junio de 2010


TRAYECTORIA DEL CINE ARGENTINO

Argentina es sin duda uno de los países con tradición cinematográfica, su industria se remonta a 1915, año en que se realizó Nobleza gaucha, de Humberto Cairo, el mayor éxito del cine mudo argentino.
En 1917 debuta en el cine Carlos Gardel con Flor de durazno. En la década de 1930 se construyen los estudios Liminton y Argentina Sono Film. Proliferan las películas con temas de tango, como Los muchachos de antes no usaban gomina, de Manuel Romero, que ganan el mercado latinoamericano.




En 1942 se alcanza la mayor producción de películas, con un total de 57 títulos, entre ellos La guerra gaucha, de Lucas Demare. Pero en estos años se hace evidente el boicoteo de Estados Unidos con la escasez de película virgen. La industria argentina del cine pierde el mercado latinoamericano en beneficio de las producciones mexicanas. Aunque el gobierno promulga un decreto de exhibición obligatoria de películas nacionales, la crisis continúa y se agrava con las guerras intestinas entre las principales productoras.



A finales de la década de 1940 se cierran varios estudios. A partir de entonces, el cine argentino recibe subvenciones, pero la pérdida de los mercados exteriores pesa demasiado. En 1950 se construyen los estudios Alex, pero para entonces muchas productoras habían quebrado.
En 1955 fue invitado Emilio Fernández, el gran director mexicano, para realizar La Tierra del Fuego se apaga. En los años sesenta apareció lo que se llamó nuevo cine argentino, con películas como Alias Gardelito (1961), de Lautaro Murúa.

El gran cineasta argentino Torre Nilsson realiza una nueva versión de Martín Fierro en 1968.
En la década de 1970 hay un leve repunte de la industria argentina del cine encarnada por producciones independientes y con temáticas distintas a las tradicionales de tangos y gauchos, como La fidelidad (1970), de Juan José Jusid, con el actor Héctor Alterio, que después ha trabajado en el cine español; La Patagonia rebelde (1974), de Héctor Olivera; La Raulito (1975), de Lautaro Murúa; La parte del león (1978), de Adolfo Aristarain, que dirigiría también Tiempo de revancha (1981), con el actor Federico Luppi; Momentos (1980), de María Luisa Bemberg, y El arreglo (1983), de Fernando Ayala. Después de un periodo de cierto estancamiento, en los últimos años el cine argentino ha experimentado un renacer con autores como Eliseo Subiela (No te mueras sin decirme a dónde vas, 1995).













martes, 22 de junio de 2010

LOS MALABARISMOS DE GREENAWAY

Este cineasta americano a llamado mi curiosidad, es por ello que me detengo en su obra The Pillow Book, y les presento un fragmento de esta, mantiene una trama a mi parecer un poco confusa e intrigante, desatando un interés absoluto a quien lo mira...

The Pillow Book


lunes, 21 de junio de 2010


CINE EL SÉPTIMO ARTE


"La historia del cine comienza el 28 de diciembre de 1895, fecha en la que los hermanos Lumière proyectaron públicamente la salida de obreros de una fábrica francesa en Lyon, la demolición de un muro, la llegada de un tren, y un barco saliendo del puerto. El éxito de este invento fue inmediato, no sólo en Francia, sino también en toda Europa y América del Norte. En un año los hermanos Lumière creaban más de 500 películas, marcadas por la ausencia de actores y los decorados naturales, la brevedad, la ausencia de montaje y la posición fija de la cámara. Pero los espectadores acabaron aburriéndose por lo monótono de las tomas.
En esta pagina de wikipedia
podemos conocer algunas cosas interesantes como historia, equipo tecnico, generos etc.

CINE ARGENTINO



"nobleza gaucha"

FRAY DIEGO DE LANDA
Cronista de la Civilizacion Maya


Nació en Cifuentes (Guadalajara) el 12 de noviembre de 1524. Poco se sabe de su infancia. A los 16 o 17 años llega al convento de San Juan de los Reyes de Toledo y profesa en la orden franciscana. En 1547 acompaña con otros cinco sacerdotes a Nicolás de Albalate cuando éste regresa a Yucatán. En 1549 llega a Yucatán y es nombrado ayudante del guardián de Izamál. En 1552 es nombrado guardián y se le encarga construir un convento que sustituya a las chozas en que habitaban los franciscanos.


En 1556 era custodio del Yucatán y primer definidor de la Provincia dentro de la orden franciscana. Cuando Yucatán y Guatemala formaron una sola provincia, fray Diego fue nombrado Provincial de la misma en 1561. Se le tenía por hombre virtuoso y prudente.
A pesar de las campañas de conversión la antigua religión de los mayas no había desaparecido, solo estaba escondida y Landa ya citaba en 1558 esta situación que se desataría en 1562 cuando Landa llega a Maní y constituye un tribunal religioso al que pronto convierte en Inquisición ordinaria. Los interrogatorios a los indios condujeron al decomiso de sus imágenes y piedras sagradas. Al menos seis indios huyeron a la selva y allí se ahorcaron antes que confesar la localización de las imágenes que ellos protegían. Tras el interrogatorio y tortura se realizó un gran Auto de Fe en Maní el 12 de julio de 1562 en que Landa hizo quemar unos 5000 ídolos y objetos sagrados. Algunos indios no pudieron soportar el serles cortado el pelo y vestida la coroza y se suicidaron posteriormente. Quien luego escribiría la obra más importante sobre la cultura maya, fue el principal artífice de la destrucción de parte de ella.

Escribe una doctrina cristiana en lengua maya que hace imprimir en la ciudad de México en 1575, de la que no queda copia alguna. Muere en Mérida en 1579 y allí es enterrado en la catedral. Sus restos volvieron a Cifuentes siglo y medio después. Juan Catalina García halla sus huesos en un pequeño sepulcro de la Iglesia parroquial del Salvador y allí serían destruidos al empezar en 1936 la Guerra Civil española.

Las crónicas de este fraile tienen un tinte sumamente importante ya que esta cuenta no solo el origen del nombre Yucatán, el descubrimiento y conquista por los españoles de esta península en el siglo XVI, sino que se detiene extensamente en la historia y leyendas de las tribus mayas que la habitan, como relatos recogidos de los indígenas dando de este modo un panorama completo de lo que era el Yucatán y sus habitantes hacia 1560.